Obsoleto. Cecilia Ávila.
Vas entrando en el pórtico de lo obsoleto. No hay poemas y mucho menos flores. Todo se vuelve drama. Ve escogiendo la madera de tu baúl. Ese baúl que también será obsoleto. Cecilia Ávila Velázquez. *Bosco.
Vas entrando en el pórtico de lo obsoleto. No hay poemas y mucho menos flores. Todo se vuelve drama. Ve escogiendo la madera de tu baúl. Ese baúl que también será obsoleto. Cecilia Ávila Velázquez. *Bosco.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes
Llegué Estabas tirada El supuesto maquillaje te hacía irreconocible Manchas negras de tus ojos a tu boca Hablé fuerte Pensé que dormías Me acerqué Veías un punto que no reconocí No supe si me escuchaste En tu puño se veía una fotografía arrugada Detonante o apaciguamiento No tenía idea No existe comunicación entre un vivo
Tan fácil y rápido olvidas Deberías sentirte mal Quien se enorgullece de ti pobre ignorante Por las noches, al cerrar los ojos para dormir ni siquiera luchas contra tus pensamientos Simplemente te solapas y te das palmaditas en la espalda Sólo te reconocen las sombras, pero tú no sufres por ello, tan fácil y rápido
Estaba la pizca de higo en tu labio. Estaba Jerusalén a nuestro alrededor. Estaba el aroma de los pinos albares sobre el barco danés que bendecíamos. Yo estaba en ti. * Paul Celan (1920-1970) Nace en el Reino de Rumanía. Poeta. **Gerrit van Honthorst – Smiling Girl,
Sí, claro; la prisa de un teclado es funcional, más no es su beneficio natural. No pasará mucho tiempo, para caer en la torpeza, de cierta falta de destreza. Víctor Hugo Ávila Velázquez *Jan van Eyck. Heilige Barbara van Nicomedië. 1437
La necedad, el error, el pecado, la avaricia, Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos, Y alimentamos nuestros amables remordimientos, Como los mendigos nutren su miseria. Nuestros pecados son obstinados, blandos nuestros arrepentimientos; Nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones, Y entramos alegremente en el camino cenagoso, Creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas.
Hay lo que hay, y es todo: un hotel en Santa Ana, Uruguay, con el Río de la Plata sin lodo -lo esencial es que haya playa y árboles y plantas, más pájaros que cantan-. Casi solas miramos las olas que el viento sur levanta. Nada hay, ningún quehacer salvo mirar, ver y ponerle apellido
La poesía es un lugar sin letra. Mirta Rosenberg. Leer más »
No muchos mueren por una casa en el desierto o por un árbol seco. No muchos mueren por cenizas que fueron fuego, por el vino de un rey destronado o por los incendios para celebrar a un caudillo. No muchos mueren por otro, cuando las semillas vuelan y en la primavera muerte y aves ennegrecen
¿Qué somos las personas? ¿máquinas-herramientas? ¿Entes luminosos? Quizá solo somos amarres musculares y nerviosos ¿Qué terrible injuria cometimos los humanos para vivir atormentados de razón y de sentido? ¿Qué somos los humanos? despojos antiguos cargados de temores y experiencias que transitan un presente entre la angustiosa condena de sentir o no sentir. ¿Qué somos