Una película que me mantuvo expectante de principio a fin.
Siempre me ha gustado cómo este tipo de cocinas presentan su arte, la manera que llega a ser conceptual y hasta inmersivo por la manera en la que cada comensal le da su toque logrando el platillo de una manera única.
Mi compa el Tyler me castró, todo un hablador pretencioso. Todos pueden hablar, pero pocos pueden hacer. Si no puedes prepararte un platillo en una cocina donde tienes absolutamente TODO entonces por qué se cree amante de la cocina.
Quizá algunos son creados para dar y otros para recibir, pero no por eso tienes el derecho a despreciar o no una creación, solamente con agradecer la experiencia a cualquier lugar que vayas es suficiente. Alto a la idolatría.
Pero a fin de cuentas para eso es el arte, para ser disfrutado, sobrevalorado, despreciado y aquellos artistas puristas (El chef) serán unos frustrados porque nunca habrá un buen público para tu arte incomprendido y perfecto.
La belleza puede ser encontrada en cualquier aspecto de la vida.
Seamos artistas del y para el mundo.
Álvaro Camarillo.
Colaborador de Cinefebicos.