Reflexión. Emilio Cabral.

Desde pequeño siempre he mirado las estrellas, por incredulidad podría ser, esperando ver algo diferente de lo que veo todos los días, perdiéndome en el infinito, en ese vacío tan extenso, admirando la mota de polvo en la que vivimos y es todo para nosotros, tal como dijo Carl Sagan con la foto más lejana de la tierra “La tierra puede no parecer muy interesante. Pero para nosotros es diferente. Considera de nuevo ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. Todas las personas que has amado, conocido, de las que alguna vez oíste hablar, todos los seres humanos que han existido, han vivido en él. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de ideologías, doctrinas económicas y religiones seguras de sí mismas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada niño esperanzado, cada inventor y explorador, cada profesor de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie ha vivido ahí —en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.” Al final esa cosa tan pequeña es nuestro todo, no podemos seguir preocupándonos por cosas tan insignificantes, tan pobres de fondo, por darle tanto valor al dinero, al desprecio y al orgullo, al engrandecer cosas sin sentido, a preocuparse por un cuerpo perfecto, hay muchas cosas que no se pueden cambiar, no tratemos de comernos al mundo, no se trata de tapar el sol con el dedo, se trata de luchar no por un gasolinazo o por una mansión, ni en contra de un gobierno, se trata de luchar por la felicidad, por un bienestar, comienza con respeto, con educación, comienza con un “buenos días” diciendo gracias y por favor, por sonreír, por dejar a un lado todo por alguien o algo que ames, ten palabra y sostenla, protege tus ideales, tus creencias y así tal vez no cambies el mundo, ni siquiera al 1% de la población, pero cambiaras tu mundo, cambiadas tu vida, tu forma de pensar y vivir, cambiaras tu universo y verás que no somos tan insignificantes porque así, aunque no seamos nada, podemos cambiar todo.

Emilio Cabral.

* Giuseppe Pellizza da Volpedo – “Sol naciente” (1904, óleo sobre lienzo, 155 x 155 cm, Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea, Roma).

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