Que tranquila esta la casa, mi papá esta sobre el sofá viendo la TV, se ve de semblante tranquilo, aun cuando está enfermo, siento un pinchazo en el corazón, el miedo a su ausencia cala profundo en mi ser. Mis hermanas y mi mama discuten sobre los problemas rutinarios de la universidad, de sus parejas, […]
“Sentí que se me quemaba, pero se me quitó un momento el dolor, lo mejor será lavarlo hasta que se me queme todo el ojo con el agua y así quitarme el dolor… ¿pero si me quedo ciego por completo?” El ardor no lo deja seguir pensando, mete toda la cara a la pila, abre el ojo y comienza a sentir el freír del mismo.
La noche que el velador perdió sus lágrimas. Víctor Hugo Ávila Velázquez. Leer más »
Girando llegó a la costa. La cabeza de mi madre iba y venía sobre las olas del mar negro. El océano entraba y salía por su boca. Con sus ojos bien abiertos espantó a los peces que averiguaban toda su lengua. Girando huyó de la costa. Víctor Hugo Ávila Velázquez. Ilustración: Urashima Taro Going Home
Y ahí estás en el aire, haciendo piruetas, cayendo de forma artística, buscando a tu salvador en tus pensamientos, rogando por no ser juzgado por los crímenes cometidos contra la vida, ¡Animal!, animales somos todos, seres vivos que convivimos en un mismo entorno, buscando sinergia, adaptándonos unos a otros, pero tu que sabes de eso,
O tiemblo o me agito tirito y me sacudo; cuando estornudo grito, y corro atroz peligro, de ya derramarlo todo por todos y muchos lados. Víctor Hugo Ávila Velázquez. *Ilustración: Léon Bonnat. The martyrdom of Saint Denis.
En un jarrón de fuego y flores mirando a un espejo de espuma hay una conversación de cosas inexistentes que no miran a su alrededor. María Celina Pablo Ávila. 10 años. * Ilustración: Marie François Firmin-Girard.
Él se durmió con el ceño fruncido mientras una abeja buscaba la azúcar en la habitación.
Siempre he sentido nostalgia, sobre todo añoranza al calor del vientre de mi madre y a su aroma olor a cigarro oculto con un poco de copal. Creo que ese es mi pasatiempo favorito anhelar el pasado y querer regresar a ese recuerdo ignorando lo que hay que mamá sigue aquí oliendo igual externando incluso
Cometemos un suicidio al dejar ir. El matar las ideas arraigadas por nuestras convicciones carentes de clemencia, nos posicionan en un lugar ajeno a nuestra comodidad, el quebrantar ese molde idealizado por querer encajar en un círculo, que inminentemente se hace una línea sin final, nos hace acechadores de una felicidad efímera ¡suicídate! Rompe ese
