Las personas ponen todo su esmero en atarse de forma que un solo hombre o, en su defecto unos cuantos puedan moverlos a todos juntos; después, le dan el hilo que mantiene atada a la multitud al primero que pasa, y se asombran de lo mal que viven.
El principal signo distintivo de cualquier gobierno es que exige de los ciudadanos esa fuerza que constituye su fundamento. Así, en el Estado todos los ciudadanos son opresores de si mismos, el gobierno exige de los ciudadanos la violencia y el apoyo a la violencia
Palabra de Tolstoi.
Es por todos sabido, se ha demostrado infinidad de veces que todo es un absurdo dentro de esa trágica comedia que es la política, democracia electoral, normalizar la venta del voto y juzgar a quien prefiere no colaborar con esa indigna farsa es una muestra de lo podrido de ese sistema que busca “renovarse” cada cierto tiempo.
Si respondo que no votaré ni en estas ni en posteriores elecciones soy visto como un salvaje chichimeca que no sabe de leyes ni de estado de derecho, ellos totalmente adoctrinados contestan ¡no tendrás derecho a quejarte! ¡hay que defender el Estado Democrático!, pero no veo donde se encuentra ese estado a la hora de afrontar el futuro, a la hora diaria, y es que acostumbrados a esto, nacidos en esta podredumbre, no vemos horizontes, las manos que nos esclavizan a diario las vemos y hasta les guardamos respeto, nosotros mismos nos ponemos las cadenas, serviles a ellos, entregas tu poder, a cambio de ilusorios y efímeros placeres.
No entiendo porque si hemos visto corrupción y cinismo, aun así siguen insistiendo en elegir, ¿votar?, ¿Cómo puede un ciudadano, que usted colocó en la clase dirigente, ser lo que era antes si ahora hablará de igual a igual con los opresores? ¿A esto te atienes?
Ya lo hemos visto, recuérdalo, en cualquier lugar, en cualquier época, hombres seducidos por el poder han cometido atrocidades, capaces de condenar a su estirpe a algo más que a cien años de soledad. Y aun así ¿votar? Entregar tu poder, libertad es lo único que tenemos para asegurarnos un bien propio y común, es tan sencillo dice De La Boéthie “Decídanse a dejar de servir y serán hombres libres, no pretendo que se enfrenten a ellos o que los tambaleen, sino simplemente que dejen de sostenerlos, entonces verán cómo coloso privado de la base que lo sostiene, se desplomará y se romperá por sí solo.” Lo has escuchado, lo has visto, nos han ofendido, esclavizado, explotado, ¿y aun así pelean por nuestro voto? No vote, eso es una idiotez.
No cedamos, no olvidemos que somos millones y ellos unos cuantos, no evadamos nuestra responsabilidad, no colaboremos, derribemos, votar no es un deber, no colabore con un sistema que limita tu porvenir. En cualquier hora en cualquier región habrá elecciones, decídase, No vote, piense decídase y diga nuestra elección anarquismo, apoyo mutuo y autogestión.
Pablo Jara.