En los primeros momentos, mientras se guiaba por esa luz, su única luz, todo era esperanzador, pasaron los días, cientos de ellos, y la luz trastorno en agonía, en una carga pesada y con pies fangosos, ya no importa caminar, arrastrarse es lo mejor, el hambre que impulsaba ahora ancla, ahora listo para morir no reconoce su cuerpo, no lo ha visto mucho tiempo, solo esa luz, que lo sostiene y lo condena.
Pablo Jara.
* 1885. Vincent Van Gogh.