Acaba de abordar un hombre de mediana edad, se acomoda en el siguiente asiento, justo al alcance de mi vista, noto que en sus manos posee un objeto que procura cuál tesoro. Alcanzo a divisar que envuelto en una bolsa de plástico, casi transparente, se encuentra una fotografía impresa de una mujer atractiva, en la cual, se aprecia un fondo que parece ser de algún desfile de premios a la música internacional.
El hombre acomoda la bolsa con sus dedos con sutil ansiedad, de manera que la imagen sea lo más clara posible sin sacar de ese cofre el tesoro.
La contempla por unos segundos, y luego levanta su cara para observar que sucede en el mundo, inclina su cabeza una vez más para saborear con los ojos a su quien sabe que sea para él; su musa tal vez, tal vez su fantasía, tal vez sea su amante en noches solitarias: noches aisladas de todo lo que no sea la imagen que da esa fotografía impresa en un centro comercial.
Porque sólo los enfermos mentales amamos a esas fantasías que inspiran a dibujar, en una canción, sus labios humedecidos.
Con una fotografía impresa, no sólo dentro de una bolsa de plástico casi transparente, sino impresa en la mente.
Dr. Las Flores
*Subway Tokyo poster. 1927.
Nice piece of writing, one can see the picture you painted in your words.