Así como el placer de la escritura me permite matar osos a golpes, o ganar una pelea callejera contra cinco, también me permite montarme en olas inmensas para dejarme caer por horas, sin ningún temor, la caída convertida en inicio, las palabras me llevan de un lugar a otro, como en un baile, fluyo como pez en el agua, me acerco a todo, sin alejarme de nada, fluir en ellas mientras la vida me lleva es mi forma de ir en su contra, no divido en tiempo, divido en fracciones.
Pablo Jara.
Qué bien que escribes! Es un placer leerte.
Abrazos…