No he parado de dar vueltas en tu pecera. Siempre he estado enamorado de ti. Desde que me trajiste en una bolsita con agua a tu pecera. Siempre tan encantadora, una pecera para mí sólo. Tan bonita, tan limpia, un barco hundido y un tesoro medio enterrado. Sé que no soy el primero, sé que te quiero. Que me gusta cuando te acercas a darme comida, esos manjares en laminitas. Y vienes despreocupada, semidesnuda con una toalla rodeando lo justo de tu feminismo. E irremediablemente, estoy mojado, de arriba a abajo. Me gusta verte leer, con esa lamparita al lado del escritorio donde te sientas. Y cuando te duermes entre un verso y otro. Paso horas memorizando tu cuerpo y tu rostro. Voy de un lado a otro. Rezo todos los días para que un milagro, me convierta en tritón. Aunque me conformo con vivir contigo, sin decir nada. Porque si llego a ser un tritón, algún día, podrás besarme, tocar, desear y rezar para que algún día deje de ser un simple tritón. Es posible que no ocurra, sólo soy un pez enamorado que quiere ser tritón. Estoy enamorado desde aquel día en que me trajiste en una bolsita.
Alex Pelayo.