Escuche la palabra odio, aún me es extraña esa palabra, por lo regular el odio lleva a la destrucción, ver ideas racistas en este siglo habla del tipo de humanidad que habita esta era, siempre deteniéndonos en lo superfluo, en los pequeños detalles, la piel, la raza, los sexos, la religión, si ya bastante pequeños somos en esta inmensidad, esas ideologías en este siglo solo siguen abonando a creernos superiores a otros, a ser otro eslabón en esta cadena infinita, ¿y aun así vemos con asombro la cacería de brujas medieval?, ¿es en serio? es muy poco pelear por eso, nadie se da cuenta que van al mismo hoyo, es utopía lo que imagino y risible a la vez, es pecar de ingenuo, cuando en el fondo no se pide mucho, me molesta la burla, la ofensa por el solo hecho de ser determinada persona en determinado ambiente, tan sencillo como no molestar, ver tu camino esperando que no se cruce nadie en él, pero ya lo dije, eso es utopía, si cada individuo afrontara la vida como un terremoto que puede acabar contigo en un segundo no tendría tiempo para odiar, ni para política o religión, se darían cuenta que la eternidad y la nada es lo mismo, eso no es la vida, prefiero contemplar la silueta de mi mujer, para que he de meterme en los asuntos de los demás.
Pablo Jara.