Cuando se queja ¿para qué lo hace? o ¿con qué fines? ¿Acaso espera que llegue la solución a sus males? O sencillamente busca desahogar sus problemas o quizá expresarlos ¿Qué hay de real en esto? Pues absolutamente nada, ya que como dice aquel proverbio chino: si la queja tiene remedio ¿para qué se queja? Y, si no, igual ¿para qué se queja? La queja es una manifestación para las personas que ya se sienten derrotadas, es un método muy viciado que utilizamos los seres humanos para refugiarnos y escudarnos de tomar decisiones contundentes, o bien, de contribuir en masa realizando pequeños cambios que harán un efecto mariposa. El miedo al cambio nos hace presas del anclaje a la zona de confort, si usted quiere progreso ya deje de quejarse. Deténgase un momento a pensar en quien lo ha escuchado y agradézcale. No deje de expresar sus ideas, hágalo, si usted comienza a analizar con cierto criterio, sin inclinarse a un lado negativo ni al positivo, usted verá la realidad y lo obligará a decidir.
Melina Alejandra González Aldana.
Ilustracion John Kenn Mortensen