Son dos cuerpos que se imitan por la mañana antes de despertar: en la claridad del amanecer los enamorados ya son iguales bajo las sábanas, ahí sus respiraciones son cadencia del unísono de sus corazones y ya presumen que han perdido toda forma para ser una sola… Sin embargo, cuando el canto de un ave llega a sus oídos, los dos van separándose poco a poco; empiezan los roces trémulos de sus manos que los van despertando, los cabellos abundantes ya sobran sobre sus almohadas, mientras sus pies, se engarruñan aferrándose y aun así consiguen soltarse uno del otro… Entonces, sus ojos se abren poco a poco, se observan, se reconocen y sólo la sonrisa en sus rostros es la misma.
Víctor Hugo Ávila Velázquez.
Ilustración: Plum, Narcissus, and Bamboo with Magpie. Yamamoto Baiitsu. 1832-1852.