Cuando somos niños nuestros padres nos pasan sus valores, sus inseguridades, sus miedos, sus hábitos, sus formas de pensar y de ver la vida, es algo normal, el convivir con la familia te hace pensar de una manera conjunta, lo que le desagrada al padre en su mayoría le va a desagradar a sus hijos, si al papa o a la mama no le cae bien alguna persona en consecuencia los hijos lo van a ver a mal. Cuando los niños crecen van enfrentando esas formas de pensar, la mayoría de ellas se quedan y forman la personalidad. Muchos de los valores los papas dejan que la iglesia se los enseñe a sus hijos. Cuando éramos niños teníamos ciertas reglas que no podíamos cruzar, en mi caso fui educado con la religión católica, no podíamos hablar sobre Dios de forma irrespetuosa, no podíamos jurar en nombre de él, teníamos que ir todos los domingos a misa, realizar los sacramentos a cierta edad. En algún momento me empecé a cuestionar todo esto, veía a la gente en misa que repetía lo mismo cada domingo sin siquiera entender lo que decían las lecturas de la iglesia o la enseñanza que trataba de dejar Jesús, después con el pasar de los años leyendo diversos libros, ves todo el desarrollo del catolicismo, toda la influencia que ha tenido en países, reinos e imperios, es el común denominador en todo. Como es que una religión que tiene ríos de sangre, muerte, conquistas, usando la palabra de Dios como estandarte se convirtió en un monstruo moral en el que nadie duda, y nos hace estar cegados a tal punto de que nadie se da cuenta de muchas cosas obvias.
Los mitos de la creación de varias civilizaciones tienen coincidencias muy grandes, que después van desarrollando de acuerdo a su posición geográfica y al desarrollo de su civilización, tienen su propia literatura colocando varias historias similares entre ellas, como el diluvio y la existencia de gigantes, hay que entender que los mitos, mientras la escritura no existía, fueron pasando de generación en generación, y como pasa en el juego del teléfono descompuesto, tienden a salirse del contexto y a ser inverosímiles que después se transforman en buenas historias literarias con moralejas. Podemos verlo en el génesis de la biblia en la historia de José y sus hermanos, desde que lo venden como esclavo, hasta cuando él se convierte en la mano derecha del faraón y les da una lección a sus hermanos, quitando lo religioso, se crea muy buena literatura. Ahora una cosa que se puede leer entrelineas en el génesis hebreo: justificar el territorio donde está asentado el pueblo hebreo. Así como las guerras que se tuvieron y otros pasajes que se considerarían inmorales en el tiempo actual, claro todo es justificado en nombre de Dios. Sabemos que la biblia ha pasado por muchas manos y modificaciones, se han quitado varias lecturas para no contradecir lo que predican. Quien tomó esta religión como arma para unificar su territorio y al pueblo, fue el rey Josías del reino de Israel (si quieren leer más sobre esta historia vayan al libro “La historia contada para escépticos Cap. 12”), el utilizó mitos, leyendas y epopeyas, para justificar sus ambiciones territoriales. También podemos ver algo similar en otros mitos de la creación, si nos vamos a la teología Mexica podemos ver que en su expansión y conquista del centro de México cada vez que conquistaban colocaban un altar a su Dios, justificando su conquista y su adquisición territorial, en el mito de la creación helénica podemos ver algo parecido, en el libro de Teogonía en la parte del prólogo escrita por José Manuel Villalaz se menciona que la lucha entre los dioses es el reflejo de la lucha entre varias tribus, donde los dioses de los ganadores se fusionaban con los dioses de los vencidos, por lo cual los dioses y las tradiciones de las tribus se unían y compartían. En la religión católica podemos ver mezclas de conquistadores y conquistados, un claro ejemplo es la Virgen de Guadalupe que fue usada para evangelizar a las culturas asentadas en América.
Al leer los mitos de la creación de varias civilizaciones podemos distinguir ciertos puntos en común, podemos llegar a la conjetura que en primer lugar se usaban para unificar los pueblos, cuando todos tienen la misma creencia es más fácil que su moralidad vaya enfocada hacia el mismo objetivo colectivo y pueda crear esa armonía entre la población además de tener un control sobre la sociedad con reglas morales, en segundo lugar podemos ver que los lideres o gobernantes de aquellas civilizaciones usaron como justificación el nombre de su Dios para apropiarse de otros pueblos y expandir su territorios, y en tercera podemos ver que varios imperios la utilizaron como forma de control para sus conquistas.
Cuando me cuestioné mis creencias e investigué en libros de historia, entendí que vivía en una contradicción en muchos aspectos de mi vida, tuve que quitarme el sesgo para entender de cierta manera como mis pensamientos eran controlados por las ideas de otras personas, es fácil dejarse llevar, ya que si a una persona le va bien con sus creencias, todos quieren replicar lo mismo haciendo la misma fórmula, sin tener que esforzarse. Sin embargo, hay muchas trampas en esa forma de pensar, y ahí la religión hace su trabajo: crear un objetivo colectivo para tener el control de la gente, y esto a muchas personas les conviene, pero las personas no quieren quitarse sus propios sesgos y prefiere vivir en ignorancia y sufrimiento toda la vida, por miedo a castigos divinos, es importante cuestionarse cada aspecto de nuestra línea de pensamiento, para así poder generar nuestro propio criterio y no dejarse influir por el pensamiento determinista de alguien más.
Héctor Quiroz.
*Ilustración: Jheronimus Bosch. Death and the Miser.