Reconocimiento. Emilio Cabral.

Y la vida nos unió y nos separó, no fue algo pedido y ni aclamado, aunque tampoco fue sorpresivo, las peleas comenzaron a ser tontas y los silencios se hacían más incómodos, las miradas bajaban hasta el piso, desganadas y las lágrimas eran derramadas sin sentido. El amor se acabó mujer, entre los dos sólo se abrió un espacio, te digo adiós con un nudo en la garganta, con los labios secos y la mirada vacía, como si fuera parte de la vida me voy, pero sólo te diré una cosa más: sal, sal con muchos hombres y si quieres mujeres, inténtalo hacer en todas las posiciones, besa mil hombres, júntate con idiotas, misóginos, vividores, gente culta, divertida y mejores que yo, hasta el pendejo de tu vecino si quieres, ese que te miraba las caderas mientras caminas por la calle, usa un escote amplio y faldas cortas para que todo hombre se derrita con tus curvas, admiren tus senos y te traguen con la mirada. Desecha mis cartas y mis fotos, bloquéame de toda red social y esconde todo aquello que te recuerde a mí, deja tu cuarto vacío si es necesario y olvídame, méteme en un bote de basura y patéalo lejos, esto es un adiós y no un hasta luego, mátame mentalmente, asesíname con tu fuerza de mujer, sácame el corazón y tíralo lejos, que ya no sirve, cuando termines, quédate sola, toma un respiro y vuelve a amar, vuelve a ser tú, recuérdame y no cometas los mismos errores, amalo como nunca me amaste y nunca me compares, no seré mejor que él, besa su frente y dile cuanto lo amas, toma su mano más fuerte de lo que lo hacías conmigo y vive, que para eso, ya nos dijimos adiós.

 

Emilio Cabral.

* La Reconnaissance Infinie. Rene Magritte.

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