La tensión comenzó a sentirse desde que iba bajando las escaleras y brevemente nuestras miradas chocaron, aún con la distancia se podría divisar que él estaba ansioso por mi llegada, yo de igual manera iba nerviosa por no saber cómo actuar frente a sus amigos; estábamos a no más de un metro de distancia y él procedió a despedirse de sus amigos lo cual fue un alivio para mi pues yo no podía hacer más que sonreír ante la inquietud.
Finalmente nos fuimos de ese lugar, no habíamos dado más de quince pasos cuando noté en su forma de hablar su total nerviosismo era más que el mío, no podía conectar palabras o ideas, era todo trabas y risas.
Comenzó nuestro viaje, salimos fluidos de la institución, la confianza se iba dando sola y la plática fue más natural. Llegamos a un establecimiento dedicado a la venta exclusiva de alcohol, compró unas pocas cervezas para continuar el viaje, cuando por fin llegamos a nuestro destino yo moría de frío así que me ofreció meternos a la casa que en realidad era una simple pero acogedora habitación; lo primero que observé fue la cama y un vago pensamiento jugó sucio conmigo, pude imaginarme en medio de la cama desnuda esperando por algo…dos segundos después recobre la razón.
Me incorporé junto a él en un sillón para dos personas, me dio una cerveza y tomó otra para él… ¡Mierda! No sé si era la situación o el sabor de la cerveza pero parecía que nunca había probado una tan buena como esa, contemplaba su perfil mientras bebía su cerveza, se podía notar como el líquido bajaba por su garganta y él lo disfrutaba, no parábamos de reír como si la risa pudiera bajar la tensión que teníamos, ambos sabíamos lo que iba a suceder a pesar de que nunca se habló del tema.
No tengo idea de que estábamos hablando cuando el volteó un poco y un pequeño impulso me llevó a picarle el costado del abdomen, lo había hecho sin ninguna intención simplemente por hacerlo…tal vez fue una mala idea ya que optó por la idea de desquitarse provocándome cosquillas, esa sí que es una idea mucho peor pues soy una persona muy sensible y ansiosa, no pude evitar retorcerme, me movía a lo largo del sillón buscando refugio y de alguna manera lo provocaba a él. De un momento a otro el ambiente cambio, la temperatura aumentaba por sí sola, se escuchaban los jadeos de ambos, se aprovechaba de mis movimientos continuos; finalmente se detuvo, estábamos frente a frente y sin pensarlo nuestros labios se juntaron y poco a poco los besos se fueron volviendo más intensos, se sentía la necesidad…necesidad de piel con piel.
En una milésima de segundo me tomó de la cintura y me puso sobre su regazo, aún logro sentir sus manos recorriendo mi espalda, bajo el escote de mi blusa, con el deseo de arrancarla…
Anónimo.
* Johann Heinrich Füssli.