Observando una estrella brillar
recuerdo tu mirar,
tu sonrisa difuminada
al verme pasear,
me contengo para no llorar;
Te extraño en el invierno que he inventado,
este amor verdadero que convierto en un péndulo
cuando atraviesa la mirada del ego.
Aparece la ilusión de que a otra puedas amar;
Las paredes moradas de mi habitación
se vuelven más oscuras,
con tu aroma en cada rincón
mis ojos intentan no buscarte
para que la tortura no sea más grande;
Al menos mi gato acepta la derrota
te espera en la puerta cuando escucha un coche rodar,
mientras yo presumo de fortaleza.
No es necesidad es necedad;
Las flores no se quieren marchitar,
me encantan las amarillas, las blancas y las rosas
pero el orgullo se me va haciendo grande
y aunque quiero creer en las estrellas que observo
sé que murieron hace tiempo.
Ivania Malacara.
* Richard Savoie.