Azul con rojo por separado y fusionado, pasión y vida, situaciones direccionadas y también enredadas, saltos en el tiempo… Es lo que nos trasmite la última película de Almodóvar “Julieta” es grande o se podría decir enorme como la mayoría de su filmografía. Almodóvar siempre nos muestra la crianza dentro de un matriarcado, conoce muy bien a las mujeres y desde su ojo masculino nos muestra una realidad transparente y a veces cruda, como estar ante varios caminos y tomar el que conduzca al cielo o al infierno.
Almodóvar tiene escuela de Fellini, sin embargo maneja tientes muy propios, el erotismo es uno de ellos, lo maneja sutil y dosificado, también su fotografía es hermosa, siempre en contrastes llenos de colores vivos.
En el cine es difícil mostrar el lado más fatalista del destino sin sentirse timado, Almodóvar lo logra, es apasionado y nos entrega todo con sus personajes.
“Julieta” pudiera ser un film amargo ya que nos haría vagar por las profundidades de nuestros sentimientos, sin embargo de vez en cuando esta podría ser la cura a varios de nuestros males.
Melina Alejandra González Aldana