“La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón”.
León Tolstoi.
Una nota sin título, un libro sin pasta, un cuerpo sin alma, no me volví un miserable, pero si un hipócrita, el destino nos llevó y nos dejó, nos juntó y nos separó, se burló de nosotros, con una risa que resonaba en nuestra mente, mientras nuestros lazos se separaban e incrédulamente volvimos a juntar, creyendo que le ganaríamos al destino, que nos burlaríamos de él, para que se terminara burlando de nosotros, separándonos tajantemente. El inmenso espacio, la eternidad del tiempo que nos juntó y también nos separó y ahora pareces más lejana de lo que eras antes de conocerte. Tan sólo fue un adiós, que no me quiere hacerte olvidar, dejar de amar, no me deja estar con alguien más, me volvió un hipócrita por no querer estar con alguien que no pueda amar como a ti, que me separa de las personas que me hacen feliz como tú me hacías feliz, me alejo del juicio mental, de la de la felicidad sin banalidad, del sexo sin amor y del amor sin valor, no dejaré de ser yo, ni dejaré de buscar otro amor, pero tú te quedarás en mi corazón mientras yo pierdo la razón.
Emilio Cabral.
*Caravaggio – David con la testa di Golia.