Dulce asfixia. Pablo Jara.

He tenido esos dolores de cabeza, para mí no es molesto, sin embargo en la madrugada tuve que levantarme a buscar aire, peor de lo que el sediento desea agua, la asfixia me atacó, y ya que me pasado muchas veces durante al menos veinte años me he convertido en un maestro, un artista de la asfixia, estoy seguro que si me observaran temblarían de terror, pero verían como tomo control de ello, y aunque la de ayer fue de las más difíciles que he tenido, estoy aquí para contarlo, todo es cuestión de no pensar en que vas a morir en ese instante, dejar de ser y dejarle todo al cuerpo, a los sentidos, ser la garganta que empieza a abrir lentamente, ser pulmones buscando aire, igual que los peces lo buscan fuera del agua, deseando aire hasta reventar, calmarse, suave, no ser estruendoso , para que alterar el sueño de mi esposa, ayer ni lo notó, cuando tengas control total de la situación te sentirás de vuelta en el agua, aire, delicioso aire, a continuación debo tomar mucha agua, el sabor de la asfixia es difícil de elimina, sudar frío es lo normal y muy difícil volver a dormir, y no por miedo a que suceda nuevamente, sino por las preguntas que me atacan en lo que resta de la noche, no las he podido responder antes de morir, lo mejor, lo que a mí me funciona es situarme en un buen lugar para ver el sol salir. Eso puede ayudar a encontrar respuestas.

 

Pablo Jara

* The False Prophet BnF latin 8878 11th c.

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